ESPACIO Y TIEMPO
Otra vez suena ese maldito piano
con su machacona melodía. Do, re, mi, fa, sol, y en ocasiones la, si, do. Es
una tortura sentarme en el sillón orejero a leer alguna de mis novelas
olvidadas y empezar a escuchar cómo baja el sonido aterrador del piso de
arriba. Ya les he dicho a los vecinos que insonoricen la habitación. Me dicen
que sí, que lo harán, pero veo que para ellos solamente soy un viejo chiflado.
Desde que murió la niña, su habituación sigue igual y apenas entran para tocar
el piano, tal como lo hacía ella.
© Gaelia 2017
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