TARDES DE RADIO

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La penumbra y el olor a pueblo inundaban la alcoba en aquella tarde de agosto sevillano. Recuerdo que la novela sonaba de fondo mientras mi abuela me cogía entre sus brazos para que me durmiera, y desde ese día sólo puedo escuchar la radio con los ojos cerrados.

© Gaelia 2019





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ULTIMAS TARDES CON GAELIA

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Poco antes de que los domingos fueran amargos, yo ya lo percibía. Los domingos por la tarde jugábamos al fútbol los amigos de toda la vida. La liga de fútbol de veteranos, nos reunía   en el viejo campo de Punta Seca, para enfrentarnos a equipos de pueblos vecinos. Amigos que lo seguían siendo después de más de cuarenta años, hasta aquella maldita tarde en la que apareció el monstruo del infarto sobre el pecho de uno de nosotros. Desde entonces vivo el mito de esas tardes ahogado en alcohol, viendo cine e instalado en recuerdos que me llevan hasta mis tardes con Gaelia . Gaelia 2016  
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MÁS ALLÁ DEL AMOR

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La ciudad del amor ha aparecido en mis sueños.  Veo un cuerpo de mujer cambiante; el de la que anhelo y el de la que tengo, la mágica y la total. La ciudad del amor nace, crece y se va disipando por el paso de la noche. Llegando a su fin, cuando piensas que has logrado superar todos los embates del tiempo, aparece la enfermedad y la destrucción total de la ciudad del amor.  Me despierto asustado, me oriento en la habitación y oigo que a mi lado mi ciudad del amor sigue soñando. Gaelia 2017 ©
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PLAN GENERAL CONTABLE

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A mí me parecen manchas de rotulador , me repetía. Era día de cierre y la conexión en casa es más lenta que en la oficina, así que toda mi atención estaba en saldar el grupo seis ·          Dígame si es rotulador. Compras, Tributos, Gastos de Personal, Descuentos Financieros…Todas las cuentas eran como una fosa séptica y no sabía cómo iba a salir del mayor caos jamás visto ·          Pero ¿son manchas de rotulador? – volvió a preguntar Arranqué el ratón del ordenador, me lancé sobre la asistenta, le enrollé el cable en el cuello y apreté con todas mis fuerzas, hasta que sacó la lengua y dejó de respirar.   © Gaelia 2022
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