LA JUVENTUD QUE VIVÍ
Me miro al
espejo. Agarro una toallita desmaquilladora y voy arrastrando la pintura, la
base, el contorno y la laca de ojos. Me saco la dentadura, la peluca, las
pestañas postizas y la poca juventud que me queda. Lavo mi cara con agua y
jabón, levanto la cabeza y no puedo más que llorar.
© Gaelia
2019
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