ME LLAMO LÁZARO
Si dijera que sentí dolor,
mentiría. No noté cómo el cuchillo rompió mi vientre, ni cómo la sangre se
desparramaba sobre el asfalto. Dicen que
me trasladaron en ambulancia hasta el Ramón y Cajal y que mi corazón dejó de
latir en la mesa de operaciones. Pasé la noche en la morgue y lo único que recuerdo
es que el frío hizo que me sintiera de nuevo vivo. Tiritaba con todas mis fuerzas lo que causó que
el sonido metálico de la camilla alertara a un galeno que por allí pasaba,
Gritó como un loco: ¡ha resucitado!
© Gaelia 2019
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