NICOTINA Y ALQUITRAN
Lo que daría porque
fuese ya de día y su dulce voz me susurrase “lavavajillas”, “espumadera” o colesterol
o cualquier otra cosa de las que dice. Me queda un buen rato de recoger lo que los demás desechan en los
contenedores. Hay que subir hasta la
urbanización y llegar a lo más alto. Allí descansamos unos minutos. Antes
fumaba un cigarrillo mientras disfrutaba del frío de la noche y de las luces
mágicas de Barcelona. Ahora en esos momentos solamente disfruto de las luces y
la humedad del invierno. Cuando estás ahí arriba puedes olvidarte de todo. Hace
seis meses que la vida la vivo para poder olvidar lo malo de la nicotina y las
sesiones de quimioterapia.
Gaelia 2016
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