SUEÑOS ROTOS
Eché la cortina a un lado y entré en aquella barraca que apestaba a lejía. Una portada de El Correo enmarcada sobre la pared, un triste bodegón con melocotón y violeta, una cama deshecha, una mesa camilla y una fotografía. Desolado, solamente pude mirar al suelo y sobreponerme. © Gaelia 2019