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Mostrando entradas de 2021

TREABAJO DE CAMPO

Mientras caminaba por el andén recordaba el capítulo donde Colombo volvía a Hollywood. Hacía muchos años que tenía al teniente como su policía ideal porque siempre acaba averiguando quién era el asesino. Al entrar en el vagón, oteó al personal por si detectaba algún elemento sospechoso. El de los auriculares, el que lee la Tablet, el de la mascarilla negra, la de las gafas redondas o el bobo que ríe solo. El vagón era como un Mar de Cristal o un Pinar del Rey, enganchado a la Prosperidad. Como si fuera Colombo, decidió parar el tren, hablar ronco y averiguar quién era el asesino © Gaelia 2021

EN LA LINEA DE FUEGO

A hora golpearé la tumba con los nudillos, o batiré un huevo de avestruz para hacerme una tortilla campera. Saltaré por la ventana a cazar un cocodrilo que anda por los tejados detrás de los gorriones. Llamaré por el móvil a Juanjo Millás y contaré las farolas de mi calle. Subiré a los árboles de la avenida de la Paz y me enfrentaré a los antidisturbios. Daré la voz de alarma para que acudan los bomberos acompañados del Batallón Jaén 25. Me tragaré un juego de clavos y unas bombillas fundidas para mi próximo número. Haré todo eso o me guardaré la libreta en el bolsillo. © Gaelia 2021

El Rey Del Rock and Roll - ELVIS VIVE

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Igual que el gato tiene siete vidas, dicen que él tiene cientos. Se fue para siempre en el mes de agosto y quién sabe si el calor tuvo algo que ver. Dicen que sigue sudando y vistiendo con aquellos trajes blancos con incrustaciones, de solapas altas. Dicen que conduce un viejo Ford Capri rojo donde suena su música a todo volumen. Que siempre echa gasolina en una moderna estación de servicio en una isla griega donde nunca hace frío; y mientras espera a que le llenen el depósito, dicen que  tiene tiempo de cantar para Michael Jackson, Jesús Gil y Bruce Lee.   © Gaelia 2021 Foto de  Garvin St. Villier  en  Pexels

HISTORIAS IMPOSIBLES

  Habría sido insufrible ver a ese pedazo de cachas haciéndole el boca a boca. El Cid Campeador conquistó Valencia y Moctezuma fue el rey de los aztecas. – Quiero una historia que contenga estas dos frases, que sea potente y que nos haga pensar. – Pero, seño, estas dos frases no casan. ¿Cómo lo vamos a hacer? – Las palabras son como el pegamento de las historias. Son las líneas entre dos puntos aparentemente paralelos – Mi madre dice que el pegamento de las albóndigas es el huevo. – Pues coge un kilo de palabras, media docena de huevos, dos frases que no pegan, les agregas esfuerzo y… – ¿Lo adornamos con perejil? Gaelia 2021

MUTILACIONES CONTINUADAS

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El segundo volumen de su preciada colección fue el que le robé aquella tarde de domingo. Entonces supe que aquellos libros estaban descabalados. Me lo dijo mi primo Fernando mientras le cortaba el rabo a una lagartija en la casa de nuestro abuelo. Descabalado, que es participio de descabalar. Lo aplico a cualquier cosa que se haya descompuesto. Al médico le dije la semana pasada que tenía la barriga descabalada y me miró con cara de no entender nada. El libro lo guardo en un cajón entre cosas descabaladas. Ceniceros, antiguas monedas, mecheros, bolígrafos, libretas… Seguro que cualquier día podré armar con todas ellas mi propia colección.       ©  Gaelia  2021 Photo by Dakota Corbin on Unsplash

PAQUITO EL CHOCOLATERO

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Los primeros compases de la banda iniciaron las fiestas. Tanta gente y tanto ruido me inquietaban. El director daba sus órdenes y movía la batuta enérgicamente. Primero las cajas, después los clarinetes, las trompetas y hasta el único trombón que había, iban desafinados en el primer tema. Paquito el Chocolatero sonaba en las calles del pueblo, camino de la plaza de toros. La cara del director era un poema. No olvidaré nunca ese día. Con mis zapatos nuevos, mi camisa blanca, mi corbata roja, mi americana negra y mi flauta travesera. Nervioso como estaba, pensando en no perder el paso de la banda, ni el compás dos por cuatro. © Gaelia 2021

DESMONTÁNDOME POR DENTRO

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La rata sonrió en aquel momento. Sí, sí, ya sé que parece una locura pero juro que vi cómo aquel animal del jodido diablo, me miró complaciente. Una rata negra maloliente con una cola muy larga. A mí siempre me gustó matarlas a tiros, en el vertedero que hay camino de Long Island. Las ratas me causan cierta angustia emocional porque creo que las calles están llenas de ellas y que roen nuestra comida. Acaso mi obsesión viene porque quise ser psicoanalista y solamente soy un escritor frustrado. Quizás es porque mi psicoanalista no es más que un psicólogo con ínfulas, que también sueña con ratas. © Gaelia 2021

DIALOGOS CON MI AMIGO

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A quien no entiendo es a él. No quiero que opine como yo cuando digo que los aguacates han llegado para colonizarnos. Pretendo únicamente que se pregunte qué hace para evitarlo. Todo lo que nos rodea está relacionado con el cultivo ecológico de esa maldita fruta venida de quién sabe dónde. ¿Cuándo tuvimos nosotros ensaladas con aguacate? El tomate sí es nuestro, aunque lo trajera Hernán Cortés o alguien de su calaña. Los aguacates son como el comunismo. No aspiran a cambiar el mundo, sino a transformar el nuestro, con nuestras cosas buenas y malas. ¿Verdad Boby? Deja de mirarme con cara de idiota y dime algo. ©Gaelia 2021 Fotografía: Pixabay

EL VISITANTE

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Lo hemos adoptado como un hijo más, aunque parezca imposible. Es un pequeño muy gracioso y revoltoso. Toca la guitarra, habla no sé cuántos idiomas y sabe chistes raros. Le hemos preguntado por su familia biológica pero no suelta prenda. Siempre jugando y anotándolo todo en la Tablet esa tan rara que saca de su bolsa, nada más despertar. A los niños los tiene como hipnotizados y les ayuda a hacer los deberes. Desde que está él, sus notas han mejorado considerablemente. ¿De dónde ha salido?. No lo sé. Lo único que sé es que cuando ve la luna, señala con el dedo y dice: Mi casa.

EL ABUELO PACO

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Sus deseos de comprarlo todo en Marte, son iguales a los míos de comprarlo todo en el mercado de los Encantes. Siempre voy los sábados por la mañana a buscar cualquier tipo de cachivache: libros antiguos, acuarelas anónimas o cosas disparatadas Llevo mi carro de la compra, donde coloco toda esa suerte de tesoros que habían pasado por otras vidas y otras épocas. Los que más me gustan son los juguetes de hojalata o de madera, aunque no siempre se encuentran; y a él lo que más le gusta, es saber que todo lo que le llevo a la residencia donde vive, lo he comprado en Marte. © Gaelia 2021

HISTORIAS IMPOSIBLES

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Habría sido insufrible ver a ese pedazo de cachas haciéndole el boca a boca. El Cid Campeador conquistó Valencia y Moctezuma fue el rey de los aztecas. - Quiero una historia que contenga estas dos frases, que sea potente y que nos haga pensar. - Pero, seño, estas dos frases no casan. ¿Cómo lo vamos a hacer? - Las palabras son como el pegamento de las historias. Son las líneas entre dos puntos aparentemente paralelos - Mi madre dice que el pegamento de las albóndigas es el huevo. - Pues coge un kilo de palabras, media docena de huevos, dos frases que no pegan, les agregas esfuerzo y... - ¿Lo adornamos con perejil?   © Gaelia

DESDE MI ATALAYA, EN EL 2030

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Cómo íbamos a imaginarnos que no sabía nadar. Contaba historias de cuando estuvo en el Lago Victoria, tratando de apaciguar a los Melangos en sus luchas intestinas. Nos tenía embelesados junto al fuego todas las noches, dando detalles de la corrupción africana. Una mujer con un cuerpo que daba mareo, cultivado en cientos de horas de gimnasio, mancuernas y sentadillas. Sus artículos en el dominical tenían siempre la repercusión buscada. Ganaba concursos literarios con facilidad y cocinaba a las mil maravillas. La hermana Irina era una monja que inspiraba muchos celos entre las novicias y deseo entre los curas del orfanato. Llena de virtudes y algún defecto.   © Gaelia 2021

CAMINOS DE PASIÓN

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Dígale, agente, que no tuve más remedio que matarle. Así acababa mi segunda novela. No me parecía un buen final, después de haber planificado todos los detalles. Creía que el protagonista iba a escapar de las garras de la banda y de la policía aunque dicen que los finales inesperados, son los mejores. La novela empieza como cuando subes a un autobús equivocado. Crees que conoces el camino, los personajes, los capítulos, los enigmas y secretos, pero finalmente son las manos al teclear quienes te llevan al destino final. Yo marqué la tarjeta multiviaje con destino a Buenos Aires y el final de ese autobús estaba en Brooklyn.   © Gaelia 2020

CÓDIGO PENAL

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Dígale, agente, que la quise mucho y que aunque soy un chico de barrio, confieso que tengo sentimientos. © Gaelia 2021