LA FÁBRICA DE CUENTOS Y SUEÑOS

No pudo seguir adelante sin ella, por más que lo intentó. Se levantaba pensando en no pensar. Sesión de ducha, afeitado y cosas que no se pueden contar. Café con leche apresurado, sin tostadas y sin zumo de naranja. Hay una fuerza en las mañanas de extrarradio que te empuja a la gran ciudad como por inercia, como llevado por un sueño en una alfombra voladora. Al cuarto día de esa semana y como si se tratara de una traición, no pudo soportarlo. Conectó los auriculares a su teléfono móvil, buscó su lista preferida y volvió a escuchar la música de la vida. © Gaelia 2017  

Y se ríe,   sin poder evitarlo. Es la tercera vez que acude a una llamada como aquella en los últimos dos meses. Chica rubia, guapa, prostituta y sin un proxeneta que la proteja de las garras del depredador que acecha en la provincia. Cuello fracturado por unas manos poderosas, con guantes de látex que no dejan marca alguna, comprados en cualquier Mercadona. Una pobre desgraciada que llegó desde el este de Europa pensando hallar una vida mejor   y se encontró con la más absoluta soledad. Agresión sexual con preservativo, sin dejar restos biológicos. ¿Y las bragas? © Gaelia 2017