VISITAS
Y cuando despertó el mirlo cantaba sobre el alféizar de la
ventana. Nunca había tenido una pesadilla como aquella, donde su amigo Pedro
Luís le hablaba. Y aunque le angustiaba su presencia, me contó que se alegró
mucho de verlo, pues no tuvo la oportunidad de despedirse de él. Pedro Luís fue
a buscarlo a su dormitorio a traición. El trino de un mirlo impidió que se lo
llevara.
© Gaelia 2019
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