ADAN Y EVA
Espero que puedas perdonarme… Esas
eran las palabras que vi en la nota de papel sobre la mesa del salón. No
entendí cuál era el significado del mensaje. Su ropa estaba en el armario, su
cepillo de dientes, sus cremas y el perfilador de labios que tanto le gustaba.
Cogí el móvil y abrí la aplicación del banco para ver si había algún movimiento
extraño. Nada especial, aparte del último cargo de la tarjeta de crédito, que
más tarde revisaría. Decidí ir hasta la cocina y tomarme un respiro. Había en
el frutero unas hermosas manzanas rojas. Eran para mí.
Gaelia 2016
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