RECICLAJE POSTMORTEM
No era el mar pero se le parecía. Un programa corto con un centrifugado a
más de mil revoluciones sería suficiente para deshacerme de las cenizas de
Amanda. Después de la incineración, la lavadora era la salida más cómoda para mí.
¿Cómo iba a llevarla al mar si vivo en Colmenar de Oreja y apenas hemos salido
de aquí?. Toda mi vida aguantando sus caprichos, sus ocurrencias y además a su
hermana que no me dejaba ver el fútbol el fin de semana, cuando venía a tomar
café o a cenar. Amanda no llegó al
mar; fue depurada y volvió a la red de abastecimiento.
Gaelia 2016
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