LA MUJER ASERRADA
De un certero bocado, le arrebató el pincel. El pequeño tiramarto saltó de sus brazos y fue al suelo con el pincel entre los dientes, y eso le impidió acabar de maquillarse. El suceso le hizo perder la concentración antes de salir a escena a ejecutar aquél número tan peligroso. Hacer como si cortara con una sierra afilada a su secretaria sin la ayuda del tiramarto, era imposible para él. Mientras se secaba el sudor de la frente, anunciaron su nombre. Tembloroso, subió al escenario y saludó al público, sabiendo que sería su última mujer aserrada.
Gaelia 2016
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