LOCURAS
Abandonan, primero uno y luego el
otro, la habitación del hotel. La luz de la tarde invade el pasillo que les
lleva hasta la zona de ascensores. Málaga llena sus sentidos desde el cuarto
piso de un hotel del centro. Se han amado lascivamente, como cuando tenían veinte
años y apenas se conocían, como ya no pensaban hacerlo jamás. Se han besado
como lo hicieron cuando eran niños, sin casi verse en la penumbra de la
habitación, acordando tácitamente los excesos de un amor contenido en un frasco
de perfume francés. María Zambrano les despide con una leve sonrisa, una
canción de otoño y un aluvión de recuerdos.
Gaelia 2015
Gaelia 2015
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